Hace ya algún tiempo, escribiendo el artículo Lo imposible es relativo, ¡no hagas caso a lo que te digan! me vino a la mente el tema de la anticipación, algo que todavía no había tratado directamente en este blog. Anticiparse no siempre es fácil, pero siempre podemos intentar anticiparnos en cierta medida a lo que viene para conseguir mejorar nuestra productividad en el día a día.
Anticiparse a veces no es tan fácil
Anticiparse es la clave del éxito, eso está claro. Lo difícil es saber cómo anticiparse a lo que viene… sin saber lo que viene. En muchos casos anticiparse no es difícil: si tenemos una reunión, la preparamos con antelación. Si tenemos una charla, la preparamos con antelación.
Pero hay muchos otros casos en los que anticiparse es muchísimo más difícil: ¿te deja un empleado de malas formas? ¿una empresa no te paga una factura cuando necesitas el dinero? ¿pensabas que podrías ir con tu pareja a la playa pero te sale un trabajo imprevisto?
Pero siempre podemos intentar anticiparnos a lo que viene
Y digo intentar, porque muchas veces sabemos lo que viene… y aun así no lo preparamos. No es cuestión de que no lo sepamos, sino de que quizá no somos conscientes de lo importante que es prepararlo o de lo difícil/largo que puede llegar a ser.
Ser capaces de anticiparnos a lo que viene es una calidad que tenemos que desarrollar de forma personal junto a nuestra productividad, de forma que seamos capaces de hacer más con menos tiempo y podamos ser más eficaces y eficientes en nuestras vidas.
Ten siempre presente tu rutina de revisión
Para intentar evitar estos imprevistos de no preparar las cosas con tiempo existen las rutinas de revisión. En GTD trabajamos de forma diaria, semanal, mensual y anual, pero si no quieres no es necesario que te compliques tanto: con una breve revisión cada semana de las tareas hechas, las tareas por hacer y el calendario puede ser suficiente como para ser un poco más previsores.
En cualquier caso, coger rutina a la hora de anticiparse a lo que viene es la clave del éxito, nos permite conseguir mejorar el porcentaje de proyectos acabados de forma satisfactoria y entenderse mucho mejor con las personas que nos rodean, ya que sabremos transmitir y hacer lo que realmente queremos.
La importancia de la rutina… y de saberla romper cuando queramos
Imagen | Ehsan Khakbaz