Creer en nuestras posibilidades
Leyendo un artículo sobre Los ocho elementos que definen el valor de todo objetivo vital, me inspiré para hablar sobre el hecho de creer en nuestras posibilidades: las metas a veces pueden ser difíciles, en la vida muchos de nuestros objetivos pueden ser complicados, incluso podemos pensar que son imposibles… y aún así, podemos seguir creyendo en nuestras posibilidades.
En general, cuando llegan las dificultades tenemos la tendencia a abandonar. Es una tendencia natural y no es fácil seguir adelante, pero si conseguimos mantenernos firmes ante las dudas del momento, podemos conseguir que nuestra mente se centre en lo importante y busque el camino de salida de la situación. Para conseguir llegar a nuestras metas más inversemblantes, tendremos que pasar por algunas situaciones incómodas que nos traerán inseguridad, pero toda esta situación podemos aprovecharla para desarrollarnos personalmente y creer más y mejor en nuestras posibilidades.
Lo imposible es relativo, ¡no hagas caso a lo que te digan!
Olvidémonos de la perfección
Una cosa es creer en nuestras posibilidades, y otra muy distinta es pensar que podemos llegar a hacer las cosas perfectas. En la vida, nada es perfecto y, por suerte, no es necesario que así sea: es mucho mejor hacerlo bien que intentar hacerlo perfecto y no acabar de hacerlo nunca.
En muchas ocasiones, hacer el primer 80% de algo es bastante fácil. Puede suponernos un reto, pero acabamos cumpliéndolo sin ningún tipo de problema. En cambio, hacer el 20% restante puede suponernos diez veces el esfuerzo y el tiempo dedicado a la primera parte. ¿Merece la pena? En general, no. Quizá tenemos que dedicar una parte del tiempo a llegar al 90%, pero llegar al 100% nos va a ser tan complicado que en general no va a merecer la pensa dedicar ese tiempo y energía en algo que ya está casi perfecto.
Curiosamente, ¡otro caso de la Ley de Pareto! El principio del 80/20, una puerta gigante a la felicidad.
Superación personal
Una vez nos hemos olvidado de la perfección, sencillamente podemos (¿debemos?) intentarnos superar día a día. Que cada cosa que hagamos la hagamos un poquito mejor, de forma que iremos reduciendo día a día la distancia entre lo que nos hemos propuesto y lo que acabamos logrando. Mejorar para reducir el tiempo y la energía que necesitamos para conseguir los mismos resultados, de forma que podamos mejorar los resultados con menos recursos.
En cualquier caso, que las cosas no funcionen como planeábamos de un inicio no significa que no acaben saliendo mejor de lo que imaginábamos. A lo largo de nuestras vidas van a haber momentos en los que tengamos la posibilidad de cumplir nuestras metas más increíbles, por lo que no podemos desaprovechar dichos momentos pensando que no podremos conseguirlo.
Recuerda que para conseguir nuestras metas y objetivos lo más importante son nuestros hábitos.