En la vida nos relacionamos mucho. A lo largo de un día en el trabajo o en la universidad podemos hablar con decenas de personas distintas, y a lo largo de los meses son centenares las personas con las que hemos tenido algún tipo de relación. Desde el dependiente de la tienda de ropa hasta la jefa del banco dónde hemos pedido financiación, pasando evidentemente por nuestra familia y amigos, con todos ellos nos hemos relacionado de algún modo u otro.
¿Qué relaciones aportan valor a tu vida?
De todas esta relaciones, me atrevería a decir que el 1% de ellas aportan un 99% de tu bienestar emocional de relación con el mundo. Por decir algo, si te has relacionado a lo largo del último año con 500 personas, seguramente sólo cinco están aportando valor a tu vida diaria.
Es muy importante que sepas buscar esas cinco personas que te dan ese valor adicional, saber mejorar tu relación con ellas y aportarles todo tu amor. Si para ti son un punto de apoyo, tu también deberías ser un buen apoyo para ellas, tanto en buenos como en malos momentos. Dedicar tiempo a estas personas no solamente les hará felices a ellas, sino que nos puede hacer muy felices (aunque, como sabes si lees el blog, para mi la felicidad viene del interior).
Detectar relaciones que nos perjudican
Del resto del 99%, algunas relaciones no aportan un valor real en nuestra vida, pero sí nos permiten realizar nuestro día a día con tranquilidad. Llevarse bien con la panadera o con el chico de la peluquería no es algo fundamental, pero nos puede alegrar el día.
Sin embargo, hay algunas relaciones que realmente nos perjudican. Esto puede ser debido a que entorpecen nuestro trabajo, a que nos hacen sentir mal o a que no nos ayudan a acercarnos a nuestros objetivos, es decir, que nos alejan de nuestro camino productivo. Son esas relaciones las que debemos detectar para poder mejorar nuestra vida.
Aprender a decir no
De ese tipo de relaciones, hay algunas que no podremos evitar: a veces un jefe puede perjudicarte, pero no estás en condiciones para cambiar de trabajo. A veces tienes que lidiar con un amigo de tu pareja, aunque a ti no te guste, pero lo respetas por aprecio a tu pareja.
Pero en muchos otros casos hay muchas personas con las que no tienes porque relacionarte. Puedes aprender a decir no, a decir basta a una relación que lo único que hace es entorpecer tu vida, hacer que seas un poco menos feliz o que pierdas el tiempo cuando te encantaría estar haciendo otras cosas.
Aprender a decir no es la base del éxito… y sí, a veces es muy, muy difícil
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