Llevamos algunos días hablando sobre lo que podemos y no podemos gestionar. Si todo va bien, a día de hoy ya tendrás super claro que no podemos gestionar el tiempo y que tampoco deberías intentar gestionar las prioridades, sino que lo que debemos gestionar son nuestras vidas.
En el momento de gestionar tu vida, una de las cosas que seguramente te viene directamente a la cabeza es la planificación. ¿Tienes que gestionarte a ti mismo? Pues venga, a planificar todo lo que tienes que hacer, a escribir en tu calendario todo lo que harás hoy, mañana o la semana que viene. Por ejemplo, tu compañero Vicent nos comentaba en un correo anterior…
Me siento productivo después de planear y trabajar con eficacia y rendimiento
Eso no debería ser así. En la vida tenemos que aprender a planificar, pero nunca ser demasiado estrictos con la planificación. En ese sentido, mi recomendación es seguir las pautas de GTD.
La revisión y planificación en GTD
Getting Things Done, la metodología de productividad de David Allen, cuenta con un sistema de revisiones periódicas que te ayudan a evaluar y planificar tu vida, de forma que en esas revisiones te permiten convertir tus objetivos vitales en proyectos, y dichos proyectos en próximas acciones concretas para seguir adelante.
Apuntarlo todo en el calendario, por ejemplo, significa ir más allá de esta planificación, y eso ya es contraproducente. Cuando planificas tu vida tienes que tener en cuenta los imprevistos: en tu día a día, como en el mío, estoy seguro que muchas de las cosas en las que trabajamos salen sin haberlas previsto, así que eso tiene que entrar dentro de nuestra planificación.
Qué debes planificar y qué no debes planificar
¿Qué debes planificar? ¿Qué no debes planificar? Esas son las preguntas complicadas a resolver, y solamente tu, con la práctica y la experiencia, puedes responderlas. En cualquier caso, mi recomendación es la siguiente: planifica todo lo que necesites planificar para estar tranquilo.
Para mi la planificación es una herramienta que me permite vivir tranquilo, sabiendo que todo lo que tengo o tendré que hacer está en mi sistema y, por lo tanto, que no me olvidaré de nada. Si planificar algo te ayuda a estar más tranquilo, es bueno que lo planifiques, pero hasta un nivel de detalle que te permita estar tranquilo, no más que eso.
Si usas GTD, te preguntarás: ¿y cómo planifico la planificación? En ese sentido, me gustan los consejos de Daniel Aguayo de DuTudú, asigna una próxima acción del siguiente estilo:
- Lluvia de ideas sobre…
- Organizar…
- Convocar reunión para…
- Recoger información sobre…
Tal y como comenta Daniel:
Dedicar un poco más de tiempo a estos proyectos hará que, al quedar más claros, los tengamos más bajo control, que al final es de lo que se trata. El resultado: no los tendremos reclamando nuestra atención y estaremos más tranquilos.
Daniel Aguayo
Hoy te invito a reflexionar un poco sobre algo que creas que debes planificar, a pensar los motivos de por qué debes planificarlo y a decidir un momento concreto de cuando lo vas a planificar y qué necesitarás hacer para planificarlo. Recuerda dejarlo por escrito en los comentarios y, cuando lo hayas hecho, volver para contar tus impresiones. ¡No te olvides!