Hoy me gustaría hablaros de una experiencia que tuve hace ya unos cuantos meses, pero antes tengo que contaros un poco mi historia: desde los quince años colaboro en Ràdio Televisió Cardedeu que, para quien no lo sepa, es una pequeña televisión con una larga historia, ya que fue la primera televisión local de todo el Estado español. Cardedeu es cerca de Granollers, la ciudad donde vivo.
La colaboración ha sido más o menos intensa a lo largo de los años según mi disponibilidad, pero desde hace un tiempo que algunos lunes estoy participando en el programa de debate de la noche. Desde que empecé me ha gustado todo lo relacionado con el audiovisual y, especialmente, el hecho de realizar, así que es un trabajo que me gusta mucho.
Con este tipo de colaboraciones he aprendido muchísimas cosas, algunas audiovisuales, pero muchísimas otras relacionadas con la vida, las relaciones y la organización.
Y hoy quiero hablaros de uno de los errores que se cometen más a menudo en la vida: cuando vuelves a hacer algo tras mucho tiempo sin hacerlo, ¡hay que sacar punta al lápiz antes de empezar!
Una experiencia personal de falta de preparación
Os hablo de un lunes de hará bastantes meses. Ese lunes llegué allí tres cuartos de hora antes de comenzar el programa, un poco justo y sin saber que debería realizar yo, ya que las últimas semanas no había podido ir.
Realizar un programa de estas características no necesita una preparación muy grande, ya que de la parte de producción se encargan otras personas, pero sí un mínimo conocimiento de lo que se emitirá en directo, de cuál será el orden de los vídeos, en qué minuto comienzan y cuando terminan, etc.
Quizás por falta de práctica, ya que llevaba más de un mes sin hacerlo, no le di suficiente importancia, y aquí es donde me gustaría incidir en este artículo. Por diferentes motivos no terminé comprobando que todo estaba preparado y sin que me diera cuenta ya faltaban sólo cinco minutos para empezar la emisión.
¿Y como creéis que fue? No me gustaría decir que fue realmente mal, ya que el trabajo de muchos de los que estábamos trabajando fue bueno, pero como era de esperar, surgieron todos los problemas que podían pasar. Justo antes de empezar, debido a que el técnico de sonido no había probado bien los micrófonos, nos dimos cuenta de que el del presentador no funcionaba, así que tuvimos que empezar un poco tarde.
A continuación, después de ver la introducción del programa, el presentador comentó las breves noticias de la semana que habíamos recopilado. Sin embargo, como la persona que se encargaba de prepararlo era la primera vez que lo hacía, nadie le había pensado a comentar que era el primero que debería poner, así que tuvimos que pedir al presentador que siguiera hablando un poco para tenerlo preparado.
A partir de aquí, por falta de preparación, nos fallaron mil cosas más: no sabíamos exactamente donde terminaba cada vídeo, la monitorización de sonido de la sala de control no funcionaba y el técnico tuvo que arreglarlo, los invitados se presentaron en un orden que no era el establecido que se había comunicado a los cámaras, etc.
Como realizador estás al cargo de todo tu equipo, eres el responsable máximo, así que también es tu responsabilidad comprobar que se está haciendo correctamente el trabajo que hay que hacer, que se ha preparado adecuadamente y que todo funcionará en el momento que tengas espectadores frente al televisor.
La importancia de preparar bien lo que tenemos que hacer
Es algo que todos sabemos, que todos intentamos resolver, pero que ese lunes me quedó bien plasmada: si no preparamos bien lo que tenemos que hacer, las cosas no salen como queremos. Es importante tener en mente lo que queremos hacer, cómo queremos hacerlo y qué resultado queremos conseguir para valorar adecuadamente cuáles son los mejores pasos que nos llevarán a cumplir nuestros objetivos.
La semana que viene hablaré sobre cómo podemos solucionar este problema de preparación en tareas que son rutinarias mediante lo que llamamos listas de revisión o checklist, si tienes cualquier sugerencia no dudes en dejarlas en los comentarios o contactarme directamente.
Imágenes | Laura Agustí y Universidad de Navarra