Ya he hablado en otras ocasiones sobre el hecho de reflexionar, pero es algo con lo que no he profundizado en ninguno de mis artículos, así que ya tocaba publicar algo al respecto. La reflexión consciente, el hecho de saber en cada momento en qué estamos pensando, es algo que puede ayudarnos muchísimo en nuestras vidas, ya que nos permite definir mejor nuestros objetivos y saber qué debemos hacer.
Saber estar con uno mismo
Cuando reflexionamos pensamos sobre nosotros, o eso deberíamos. En nuestros problemas, en nuestras alegrías, en las cosas y en las personas que nos rodean… En un momento dado, hay muchas cosas que pueden pasarnos por la cabeza.
Para saber estar con nosotros mismos, en soledad, debemos aprender a canalizar esa reflexión, que normalmente es inconsciente, a una reflexión más consciente. Pensar en lo que debemos pensar, con un objetivo en mente. Ser conscientes de nuestros pensamientos nos permite disfrutar del momento, enfocarlos en las cosas positivas.
Pensar en el pasado, en el presente y en el futuro
En la reflexión consciente podemos pensar en el pasado, en el presente y en el futuro. Habrá personas que nos dirán que es importante centrarse en el presente, y en ningún caso lo pondré en duda, pero personalmente yo pienso que también es importante reflexionar sobre el pasado y sobre el futuro.
En ese sentido, saber reflexionar sobre nuestros éxitos y fracasos del pasado nos permite aprender qué hemos hecho bien y qué no hicimos tan bien. Saber reflexionar sobre nuestro futuro nos permite tener previsión, organizar nuestra vida de tal forma que podamos enfocar nuestro futuro de la mejor manera posible.
Pensar en el pasado y en el futuro
Fijar nuestra rutina de revisión y reflexión
Como todos sabemos, no tiene sentido pensar y darle vueltas a los problemas sin el objetivo de solucionarlos. A veces no nos lo parece, pero cuando nuestra reflexión no es consciente, podemos pasarnos horas y días dándole vueltas a un mismo problema sin buscar qué hacer para solucionarlo.
Las rutinas de revisión, tanto diaria, como semanal y mensual, nos permiten estructurar la forma de pensar, de organizarnos, de manera que podamos solucionar nuestros problemas en momentos fijados del día. El objetivo de estas revisiones es tener controlado todo lo que hemos hecho, todo lo que tenemos que hacer y, especialmente, todo lo que necesitamos para conseguir hacer lo que tenemos que hacer.
Las rutinas de revisión nos sirven también para reflexionar de forma consciente, aprender de lo que ha pasado durante el día/semana/mes, y reflexionar sobre lo que viene en el futuro, para tener la previsión suficiente.
La importancia de la rutina… y de saberla romper cuando queramos
Imágenes | Laura Agustí