En la vida muchas veces tenemos tareas que pensamos que son complicadas o largas. Luego, una vez las hemos hecho, acabamos viendo que realmente no era tan difícil como pensábamos y que la hemos hecho en menos tiempo del esperado. El otro día empecé una tarea que tenía que hacer desde hace semanas… cuando ya se había convertido en una urgencia. ¿Por qué nos pasa eso? ¿Qué es lo que debemos hacer para avanzar en nuestro día a día con estas tareas que pensamos que son difíciles o largas?
La regla del 50%
Las personas somos muy malas estimando el tiempo que necesitamos para hacer una tarea. En general, y como ya comenté en un artículo, yo soy de las personas que cuando pienso en una tarea creo que necesitaré menos tiempo del que acabo necesitando, así que le añado un 50% del tiempo esperado a la tarea: si estimo que tardaré 60 minutos, pongo 90, o si estimo que serán dos horas, mejor pongo tres.
La regla del 50%
Sin embargo, hay ocasiones en las que una tarea se nos hace difícil porque pensamos que necesitaremos mucho tiempo para hacerla. En estos casos, es habitual que el tiempo que estamos estimando sea mayor al que necesitaremos realmente, ya que significa que no conocemos suficientemente bien la tarea y que no podemos partirla en tareas más pequeñas.
Las tareas difíciles a veces no lo son tanto
Así es, sin duda alguna. En la vida tenemos unas pocas tareas que realmente son muy difíciles. Normalmente son las tareas que tienen como objetivo tomar una decisión importante que puede afectar al futuro de nuestras vidas.
A parta de esas tareas, el resto casi nunca son tan difíciles como nos parecen de un inicio. Cuando acabamos las tareas, vemos que realmente no han sido tan difíciles como esperábamos, y eso es debido a que las personas no tenemos la capacidad de distinguir la línea entre lo que nos puede resultar más o menos fácil y lo que realmente es difícil. Estamos acostumbrados a trabajar en nuestra zona de confort y, hasta que no salimos de ella, no vemos si realmente las cosas son tan difíciles como pensamos.
Salir de la zona de confort
Empieza una tarea difícil, ¡ahora!
¡Así de fácil! Muchas veces las tareas difíciles las vemos como tales porque todavía no las hemos empezado. Cuando empezamos una tarea que pensábamos que era difícil, en general nos será muchísimo más fácil retomarla en otro momento. Es por este motivo que yo recomiendo empezar siempre alguna tarea difícil o larga antes de cerrar el día, ya que de esta forma ya la tenemos empezada y nos será mucho más fácil seguir con ella el día siguiente.
Seguramente escribir en un blog no es una tarea que consideremos difícil, pero también podemos aplicar lo mismo que estamos comentando en este artículo. Si tenemos en cuenta el problema de la pantalla en blanco cuando escribimos en un blog muy a menudo, lo que haremos es dejar nuestros futuros artículos preparados con las ideas principales y la estructura definida, de forma que veamos la tarea como algo mucho más fácil y rápido.
¿Cómo solucionas tu las tareas difíciles o largas? ¿Tienes algún truco?
Imágenes | gatogrunge, woodleywonderworks